Ahora que tenemos la perspectiva del verano y poder acudir a las piscinas, debemos aprovechar este excepcional recurso con nuestros hijos, ya que nos permite de una forma atractiva y lúdica para ellos trabajar muchos aspectos que fuera del agua nos puede resultar muy complicados.
Hoy vamos a iniciarnos en una maravillosa técnica, con amplia evidencia científica en sus resultados, que es el método de Halliwick. Es uno de los programas más usados en pacientes infantiles y adultos, con compromisos neuromusculoesqueléticos como la parálisis cerebral, espina bífida, síndrome de Rett, autistas, síndrome de Down, entre otros.
A modo de resumen el Método Halliwick se desarrolló en los años 50 para enseñar a nadar a pacientes con alguna discapacidad física, con la finalidad de dotar de independencia a estas personas en sus actividades de la vida diaria. Este método se basa en 10 objetivos o puntos de aprendizaje motor que el paciente debe lograr superar uno a uno para conseguir de forma gradual mayor seguridad y destreza en el agua. Los movimientos dentro del agua deben ser lentos para que el paciente tome conciencia de ellos, le de tiempo de pensar y mejorar las reacciones de equilibrio y enderezamiento ya sea de forma reactiva o voluntaria. Está indicado para cualquier tipo de pacientes, en especialmente con trastornos neuromusculoesqueléticos.
Los principales beneficios de la aplicación del Método Halliwick son:
- Mejora la fuerza muscular.
- Mejora el control postural, equilibrio, estabilidad y propiocepción.
- Actúa a nivel psicológico (recreo, diversión, relación social, emoción...).
- Relaja la musculatura y el estado psíquico.
- Mejora el rendimiento motor en pacientes con parálisis cerebral, distrofia muscular, espina bífida entre otros.
- Mejora la circulación sanguínea.
- Mejora el tono muscular.
- Se logra el control rotacional en el agua.
- Mejora la percepción de los cinco sentidos.
- Disminuye el dolor.
- Mejora el rango de movimiento.
- Mejora la capacidad respiratoria.
El método de Halliwick es aplicado de forma progresiva y consiste en 4 fases que consta de 10 pasos o puntos para lograr la autonomía del paciente y mejorar su calidad de vida.
Punto 1.
Consiste en que el paciente se adaptarse física y psíquicamente al agua. Es decir, que pierda sus miedos, tome dominio de la situación, tenga soltura, se adapte a su temperatura, los principios de flotabilidad, la presión que ejerce el agua sobre sus tejidos blandos, la inestabilidad y que pueda responder de forma automática e independiente a los estímulos que le otorga el agua. El control de la respiración, de la cabeza y del tronco, son los objetivos principales de este punto.
Aquí podemos pedir al paciente que se coloque de pie dentro de la piscina, que haga una sentadilla, que se sumerja un poco y mantenga la posición segundos para realizar ejercicios de respiración, cierre de la boca entre otras actividades.
Punto 2. Control de la rotación sagital
El paciente debe aprender a tener la capacidad de rotar dentro del agua, tanto hacia el lado izquierdo como hacia el derecho en posición erguida.
Punto 3. Control de rotación transversal.
Consiste en aprender a tener control de rotación mientra se hace movimientos de flexo-extensión.
Aquí podemos pedir al niño que se acueste como si estuviera en la cama, que se ponga de pie, que se meza desde la posición sedente...
Punto 4. Control de rotación longitudinal.
En este punto buscamos que el niño logre controlar los movimientos en el eje vertical del cuerpo.
Le podemos pedir que recobre la verticalidad (colocarse de pie) desde la posición supino (flotación).
Punto 5. Control de rotación combinada
El niño obtendrá la capacidad de controlar una combinación de las rotaciones anteriores al lanzarse al agua, para evitar la posición en decúbito prono (boca abajo) si llegase a ocurrir un accidente y cayese al agua.
Le pedimos que pase a supino si cae hacia adelante o al perder la estabilidad lateral.
Fase III. Control del equilibrio
Punto 6. Flotación/Inversión Mental.
El niño aprenderá a flotar y se sumergirá un poco, para familiarizarse con el ambiente y comprender que el agua lo sostiene y que no se va a hundir.
Punto 7. Equilibrio en calma.
En este punto el niño ha ganado de forma eficaz el control postural, logra mantener una posición estable y relajada.
Aquí podemos pedirle que se mantenga de pie, sentado, en posición oblicua o en supino, etc...
Punto 8. Deslizamiento con Turbulencia.
El adulto que está con el niño va a sujetarle permitiendo que flote en supino y lo desliza de un lado a otro, caminando hacia atrás, formando olas, etc. Con esto el niño aprenderá a controlar los movimientos indeseados.
Fase IV. Control de movimiento
Supone un control postural en la flotación en supino.
Punto 9. Progresión Simple.
El paciente flota como preparándose para nadar, hace pequeños movimiento con las manos y pies desplazándose muy lentamente. Para lograr esto el paciente ya debe tener el control de todo su cuerpo según discapacidad.
Punto 10. Movimiento básico de Halliwick.
Consiste en que, el paciente se movilice en el agua por sí mismo, empleando mayor fuerza en los brazos para empujarse (propulsión) con el uso de los brazos en forma de remo.
La práctica de estas pequeñas pautas con nuestos hijos e hijas va a permitir trabajar muchas destrezas y consecución de muchos objetivos en un ambiente atractivo para ellos. Lo que sigue empoderando a las familias y ayudando a desarrollar pautas de trabajo en ambientes naturales.
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