Para la gran mayor parte de las personas el control de la sedestación (estar sentado) es algo totalmente involuntario y adquirido en la niñez. Algo a lo que no tienen que prestar atención para conseguir de manera más o menos satisfactoria, es decir, con mejor o pero alineación corporal. Pero esto no siempre es así, y hay niños que en el momento de adquisición de etapas del desarrollo, no lo consiguen por sus circunstancia (bien físicas, psíquicas, sociales, emocionales, etc.) y en este caso, desde la fisioterapia, ayudamos a conseguir el desarrollo y la consecución de estos hitos como el del control cefálico.
Lo primero que tenemos que saber que para que un niño empiece a controlar la sedestación es necesario que haya llegado a la edad cronológica donde los niños adquieren este hito (6, 7 u 8 meses). De nada sirve sentar a un bebé de 4 meses ya que su musculatura no es lo suficientemente fuerte para mantenerse sentado por sí mismo y sólo fomentamos desviaciones de columna poco aconsejables.
También es importante saber que si no existe ningún tipo de control cefálico, es decir, el niño no es capaz de controlar la cabeza, es complicado conseguir el control del tronco. Pero también se pueden utilizar dispositivos que nos ayudan con el control de la cabeza y nos permite que el niño trabaje en sedestación.
También es importante que nuestros hijos tengan una buena alineación de la pelvis y caderas para trabajar la sedestación. De nada sirve hacer una torre si sabemos que la base que la sustenta está torcida, al final terminará cayendo. Esto pasa también con nosotros, si nuestras caderas están muy flexionadas, o rotadas internamente, etc., la sedestación que se conseguirá será mal alineada y más costosa. Por eso tendremos que evitar la sedestación en "W" cuando jueguen en el suelo y si es necesario colocar adaptaciones en las sillas para que las caderas estén correctamente.
Una vez que tenemos en cuenta todo lo anterior trabajaremos la sedestación tanto en suelo como en silla.
Sedestación en suelo con piernas en posición de sastre o indio. Suele ser la postura que más se utiliza para jugar en el suelo. Cualquier cosa que les propongamos con sus juguetes es una excelente herramienta para trabajar esta postura. También podemos optar por pasar un balón sin que se caiga, jugar al espejo con ellos, de tal forma que tengan que repetir lo que nosotros hacemos, etc.
Sedestación en suelo con piernas estiradas. El trabajo será muy parecido al anterior pero facilitaremos que los miembros inferiores estén estirados y abiertos.
Sedestación en silla. Se trata de desarrollar distintas actividades que implique sobre todo manipular y/o jugar en esta posición. Preferiblemente deberíamos permitir que los niños tuviesen que alargar los brazos en distintas direcciones y alturas para mejorar el control postural.
Sedestación en superficies inestables. Se trata de utilizar materiales como los balones gigantes, cacahuetes, rulos, bosus, etc. para añadir dificultad al trabajo.
Como veis hay muchas herramientas divertidas y llevadas a cabo en espacios naturales que podemos trabajar con nuestros hijos e hijas para ayudar en su desarrollo.
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