El desarrollo psicomotor es un conjunto de hitos o logros que todos alcanzamos en una determinada edad y que permite el total desarrollo del ser humano, tanto en el plano físico, como sensorial, psicológico y social.
El control de la cabeza o control cefálico es una de las primeras estaciones por las que pasamos en nuestro desarrollo y es un hito importantísimo a nivel motor, ya que el control de esta parte de nuestra anatomía permite fijar la mirada, explorar el entorno y evolucionar en el control de musculatura que está por debajo (músculos de la espalda, abdomen, brazos, piernas...). Hay que tener en cuenta que si no conseguimos alguno de los hitos en el desarrollo, el resto de logros se van a ver comprometidos.
Vamos a imaginar que un niño no es capaz de controlar su cabeza entonces dificultará mucho que se pueda sentar erguido, que pueda jugar boca abajo, que pueda gatear, que pueda llevarse la comida a la boca, etc... De ahí la importancia de fomentar el desarrollo psicomotor de nuestros hijos, especialmente si presentan algún tipo de retraso, pero hay que tener en cuenta que no debemos iniciar la consecución de un hito en el desarrollo si nuestro hijo o hija aún no ha alcanzado la edad a la cual debe ser adquirido.
Qué podemos hacer para ayudar a conseguir o reforzar ese control cefálico. Vamos a ir viendo algunos ejercicios que podemos realizar.
- Fomentar el giro de la cabeza. Esto lo podemos realizar desde que son bebés. Cuando están tumbamos boca arriba podemos enseñarles juguetes llamativos, con sonidos que les sean agradables para provocar el giro voluntario de la cabeza del bebé. Las voces conocidas también son una buena herramienta.
- Trabajo en decúbito prono. El control estable de la cabeza estando boca abajo (prono) se alcanza a los 3 meses cuando el niño es capaz de colocar un apoyo simétrico de codos, antes de los tres meses los bebés pueden levantar la cabeza por poco tiempo y girarla de un lado a otro. Para fomentar que se consiga esa estabilidad o reforzarla hay que colocar al bebé boca abajo y jugar con él en esa posición. Juguetes atractivos, mantas de actividades y texturas, incluso se pueden aprovechar otros medios como el agua. Si nuestro bebé necesita un poco de ayuda podemos colocar un pequeño rulo o toalla enrollada como en la imagen.
Una vez que el bebé controla la posición estática pasaremos a colocarle sobre bases inestables.
- Control de la cabeza sentado. La posición de sedestación se alcanza sobre los 7 meses, pero si nuestro hijo no tiene buen control cefálico en prono y supino (boca arriba), le va a ser complicada la adquisición de la sedestación por sí solo. Si es el caso, podemos colocar al bebé en asientos moldeados o sillas adaptadas que se encarguen del control pasivo del tronco y nosotros trabajar el control de la cabeza. Una vez que el niño o niña está sentado podemos fomentar que la cabeza se sostenga con cualquier cosa que llame mucho su atención (un puzle, una actividad interactiva en una tablet, sus juguetes, comida que le guste). Es importante que coloquemos las cosas en distintos puntos para que tenga que girar la cabeza en todas las direcciones. Para ayudar al niño podemos sostener su cabeza o dar pequeños toques cuando veamos que pierde el control.
Cuando el niño vaya adquiriendo mayor control de la cabeza sentado, podemos dificultar los ejercicios utilizando bases inestables como rulos o balones gigantes.
Para ayudar al control cefálico en entornos naturales para los niños (su casa, el colegio, etc.), es importante hacerlo desde el juego. El control de la cabeza implica el trabajo muscular del cuello para vencer el peso cefálico contra la gravedad. Por eso es muy importante colocar al niño boca abajo, ya que es primordial para el entrenamiento de esa musculatura. Actividades como la natación son muy positivas para la estimulación del movimiento voluntario.
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