Siguiendo con la relajación hoy vamos a continuar con la parte de nuestro cuerpo que probablemente más se ha beneficiado de los masajes: nuestra espalda.
Afortunadamente los dolores de espalda son mucho más frecuente en la población adulta que en los niños, pero eso no significa que no puedan beneficiarse del efecto relajante que tiene la masoterapia. Por eso vamos a empezar con las maniobras que debemos realizar para aplicar esta técnica con nuestros hijos.
Manos que reposan. Es buena idea empezar el masaje colocando las manos sobre la espalda de nuestro hijo o hija para iniciar el contacto.
Vaivén. Desde el cuello hasta las nalgas, movemos las manos, que estarán completamente apoyadas, hacia delante y hacia detrás, perpendicularmente a la columna. Mientras que una mano está adelantada, la otra estará retrasada.
Barrido hasta las nalgas. Mantenemos una mano sobre los glúteos, la otra mano va a bajar desde el cuello hasta juntarse con la otra. La mano que baja se coloca abierta ejerciendo la presión con el espacio interdigital entre el dedo gordo y el índice.
Barrido hasta los pies. Hacemos el mismo movimiento anterior pero la mano que antes quedaba sobre el glúteo ahora sujeta los pies flexionando ligeramente las piernas del niño. Realizaremos el movimiento bajando también por las piernas.
Círculos a ambos lados de la columna. Con la punta de los dedos pulgar e índice (cada uno colocado a cada lado de la columna) se trazan pequeños círculos como abriendo y cerrando los dedos. Realizaremos la maniobra a lo largo de toda la espalda, subiendo y bajando. Podemos utilizar solo una mano o ambas.
Amasamiento de nalgas. Realizamos amasamientos de los glúteos con ambas manos, realizandolo como si tomáramos grandes pellizcos con toda nuestra mano, sin ejercer presión excesiva.
Deslizamiento a ambos lados del cuello. Colocamos una mano a cada lado del cuello, y con los dedos realizamos deslizamientos desde la base de la cabeza hasta llegar a los hombros.
Deslizamiento a ambos lados de la columna. Colocamos las manos una a cada lado de la columna, y se realizan los deslizamientos desde la base de la cabeza hasta el inicio del pliegue glúteo.
Peinado. Con una mano abierta, se deslizan los dedos como si fuese un peine, a lo largo de la espalda desde el cuello hasta los glúteos. Realizaremos cada vez los movimientos con menos presión que el anterior hasta terminar en leves caricias. Incluso podemos realizar el movimiento por las piernas para integrar todo el cuerpo.
Os animo a que probéis una sesión integral, aplicando los masajes de pies y piernas, de abdomen, de cara y de espalda. Pasareis un momento muy comunicativo con vuestros hijos e hijas y ellos quedaran encantados con la experiencia.
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