Uno de los objetivos que nos marcamos muchos fisioterapeutas a la hora de trabajar con los niños (y también con los adultos), es potenciar el equilibrio. Pero el equilibrio entendido en un amplio espectro. Equilibrio no es solo ponerse a la pata coja y no caerse, se trata que todas las partes de nuestro cuerpo se encuentren en equilibrio (en el punto donde se equilibran todas las fuerzas musculares y la gravedad).
Entonces estamos hablando de mantener, por ejemplo, la cabeza o el tronco en posición erguida cuando estamos quietos, pero también cuando nos movemos para coger un vaso de agua.
Cuando se trabaja el equilibrio, también estamos trabajando otros aspectos inherentes a él, como son las reacciones de enderezamiento (hacen trabajar los músculos en contra de la gravedad) y las reacciones de apoyo (permiten evitar caídas cuando el equilibrio y enderezamiento no son suficientes, como por ejemplo apoyarnos en la pared con las manos cuando creemos que nos vamos hacia un lado).
De todo lo anterior podemos deducir que estamos en continuo equilibrio en todo momento, desde que nos levantamos hasta que nos acostamos. Por eso es importante trabajarlo, pero lo que es más importante es trabajarlo en actividades que hacemos cotidianamente, sobre todo para los niños, ya que ellos aprenden de esta manera, a través de sus juegos, de sus rutinas, etc.
Por eso vamos a proponer una serie de actividades que se pueden realizar a través de juegos con los niños y trabajar así su equilibrio.
- Juegos de mesa: en realidad no es importante el juego en cuestión, sino fomentar que el niño sentado en una silla o en el suelo, coja el dado y lo tire, mueva su ficha, coja las tarjetas o demás utensilios del juego. De esta forma tan sencilla estamos trabajando su equilibrio en sedestación, bien en una silla o en el suelo.
- Cartas: al igual que antes no es importante el juego a desarrollar, sino trabajar el equilibrio del tronco cuando las manos están ocupadas. El niño tendrá que cambiar cartas, coger cartas de algún punto relativamente alejado de su posición, pasarle cartas a otro jugador... Todo esto seguirá desarrollando su equilibrio, enderezamiento y apoyo.
- Cocinar: es una disciplina que normalmente apasiona a los niños y que también sirve para trabajar el equilibrio, tanto de pie como sentado. Mientras los niños cocinan o cogen ingredientes están trabajando sus habilidades motrices para permanecer en equilibrio.
- Gymcanas: sentirse como un explorador o exploradora es algo que a los niños les encanta. Podemos aprovechar su habitación o los pasillos de casa para ponerles obstáculos que hagan trabajar un poco más a fondo su equilibrio. Que pasen por encima de libros, que pisen almohadas, que tengan que pasar por debajo de una mesa...
Como veis hay muchas cosas cotidianas que podemos hacer con los niños para trabajar su equilibrio, además de muchas más cosas. Tened en cuenta que los niños aprenden a través de lo que ellos hacen un su día a día y repitiendo estos hábitos hasta que los automatizan y quedan grabados en su esquema corporal y motriz.
No solo los fisioterapeutas, terapeutas ocupacionales, médicos y demás especialistas somos los que podemos hacer cosas. Los padres, hermanos, primos, amigos, abuelos, etc., son capaces de ayudar al desarrollo de las habilidades y potencialidades de los niños.
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