Uno de los aspectos que se trabajan en las sesiones clínicas de fisioterapia con niños que tienen necesidades especiales es la coordinación.
Como en el post sobre el equilibrio, tenemos que ampliar lo que entendemos como coordinación. Generalmente pensamos que la coordinación hace referencia a coger las cosas que nos tiran o hacer malabares.
Por eso vamos a proponer una serie de actividades que se pueden hacer y plantear a los más pequeños para trabajar los distintos aspectos de la coordinación:
Coordinación entre grupos musculares. Es un tipo de coordinación que se da por hecha, ya que se controla involuntariamente por nuestro sistema nervioso, es decir, nosotros no lo hacemos conscientemente. Para que lo entendáis es cuando la musculatura flexora de nuestro brazo (bíceps, braquial, etc.) deja que la musculatura extensora de ese brazo (tríceps) haga su función para alcanzar un objeto. Si pensamos en el ejemplo anterior el bíceps se tendrá que relajar para permitir que el tríceps pueda contraerse y estirar el codo. Si el bíceps no se relajase el brazo quedaría bloqueado y por tanto no podríamos ni coger la comida para llevárnosla a la boca.
Este tipo de coordinación se ve afectada cuando existe algún tipo de problema de control a nivel superior, es decir, en nuestro sistema nervioso.
Afortunadamente es algo que podemos mejorar gracias a la capacidad de aprendizaje constante que tiene el cerebro humano (neuroplasticidad). ¿Cómo podemos capacitar y dar herramientas a nuestros hijos para que desarrollen todo su potencial? Pues como ya hemos dicho anteriormente lo ideal es hacerlo a través del juego en su entorno natural.
- Pasillos de manos y pies. Permite que el niño trabaje la coordinación muscular tanto de brazos como de piernas.
- Tocar distintos puntos en el espacio. Que el niño intente "tocar" cada vez con una mano distinta los puntos que se le indican en el espacio mejora también la coordinación muscular en los miembros superiores. Para hacerlo más atractivo se puede implementar esta actividad dentro de juegos como encestar pelotas o hacer una serie de orificios en un cartón y pedirle que introduzca bolas en los distintos agujeros.
Coordinación motora gruesa. Es esa coordinación global que nos permite realizar un movimiento amplio donde se implican grandes grupos musculares de miembros superiores, miembros inferiores o incluso de ambos a la vez. Cualquier actividad que implique movimientos globales de nuestro cuerpo va a permitir trabajar esta coordinación.
- Bailar. Además de ser una actividad divertida y acompañada de música, es una de las actividades que implica mayor movimiento del cuerpo. Se puede hacer tanto un baile libre, donde cada uno baila lo que quiere o siente; el juego de las estatuas, donde todos bailan y tienen que pararse cuando para la música; que cada uno proponga un paso de baile y formar entre todos una coreografía, etc...
- Jugar a las profesiones, animales o películas. Es un juego divertido y que además de físico implica la creatividad y la imitación de los jugadores. Se trata que una persona mediante gestos y mímica explique al resto una profesión, un animal o el título de una película hasta que alguien lo adivina, por ejemplo: escaladores, fisioterapeutas, perro, mono, etc...
Coordinación motora fina. Este tipo de coordinación es la que empleamos para llevar a cabo acciones concretas que requieren cierta precisión, como escribir, teclear en el ordeneador, coger pequeños objetos, cortar con las tijeras, atarnos los zapatos, etc... Para trabajar esta coordinación fina tenemos a nuestra disposición muchísimas cosas, ya que los niños y niñas escriben, recortan, dibujan, abrochan botones...
- Podemos fabricar una especie de "árbol" con el tubo de cartón del papel aluminio como el de la imagen, e intentar colocar en las chapas de las distintas "ramas" de nuestro árbol pequeños objetos que tengáis por casa. Se puede intentar primero con las manos y cuando se controle, añadir la dificultad de poner los objetos con unas pinzas.
- Pescar. Sólo tenemos que tener un recipiente con agua, a modo de pecera, y pequeñas gomas o cualquier utensilio redondo que flote, para pescarlos con nuestra caña (pajita, palito, o lo que tengáis por casa). Podemos hacer la modalidad de intentar coger el mayor número sin que se nos caigan los demás, o que cada vez que cojamos uno tengamos que sacarlo fuera de nuestra caña.
Como veis hay multitud de recursos lúdicos para los niños que les permite trabajar algo tan importante como la coordinación. Estos son unos pocos ejemplos para orientar a las familias y entornos de nuestros niños y niñas a implicarse en este tipo de actividades que fomentan su evolución motriz.
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