Una de las partes de la fisioterapia por la cual más se conoce nuestra profesión es el masaje. El masaje es una técnica que se ha utilizado desde que el hombre es hombre, desde cuando los hombres primitivos se frotaban la zona que previamente se habían golpeado para mitigar su dolor, hasta hoy en día donde tenemos multitud de variantes y técnicas.
Está claro que para dar un masaje, por muy inofensivo que pueda parecer, se debe realizar por una persona formada en la técnica para evitar posibles lesiones en los tejidos.
Pero si es cierto que se pueden realizar algunas maniobras de masoterapia con nuestros hijos para ayudar, por ejemplo, a relajarse y liberar estrés, ya que esta enfermedad moderna lo sufren tanto los adultos como los más pequeños.
Además de conseguir la relajación, el masaje tiene multitud de beneficios:
- Incremente el apego y lazos entre el niño y la persona que realiza la técnica.
- Ayuda a la respiración profunda ya que influye en el sistema nervioso autónomo.
- Ayuda a mejorar la circulación sanguínea y linfática.
- Hidrata y tonifica la piel.
- Fortalece el sistema muscular.
- Aumenta la conciencia del esquema corporal.
- Estimula la sensibilidad exteroceptiva.
- Estimula la función gastrointestinal.
- Proporciona relajación general.
- Disminuye el estrés.
- Estimula el sistema nervioso.
- Promueve un sueño profundo y reparador.
- Etc...
Existen una serie de recomendaciones generales (antes de empezar a dar un masaje):
- Lo primero de todo es escoger un buen momento del día para realizar el masaje. Normalmente es aquel donde queramos inducir a un estado más sosegado. Por ejemplo el final de la tarde es muy propicio para fomentar un buen descanso.
- Otro aspecto a tener en cuenta es el lugar físico donde vamos a realizarlo. Tenéis que saber que la temperatura tiene que ser cálida, ya que el masaje se recibe con poca ropa y el niño tumbado sin moverse, lo que puede provocar sensación desagradable de frío si la temperatura no es la adecuada. Lo ideal es que sea el propio niño o niña el que nos indique si está confortable en este aspecto.
- También es importante que la luz sea indirecta, para evitar molestias en los ojos.
- Como no todo el mundo dispone de una camilla para realizar masajes, podemos optar por colocar una toalla encima de una superficie acolchada y cómoda. Un sillón, encima de una alfombra, una cama... Pero tened en cuenta que además de ser cómodo para el niño, debe ser cómodo también para vosotros a la hora de realizar el masaje y evitar tensiones musculares y dolores de espalda.
- Como método lubricante podéis utilizar cualquier aceite, incluso el de oliva. Las cremas cotidianas que tenemos en casa (hidratantes) se absorben demasiado rápido y tenemos que poner mucha cantidad para conseguir que las manos resbalen sobre la piel.
Como podéis comprobar hay muchas razones por las que realizar técnicas de masaje con nuestros hijos puede ser muy beneficioso. En las siguientes entradas del blog iremos desglosando como aplicarlo a cada parte del cuerpo.
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